Uno de los grandes dilemas entre los amantes del fitness es: ¿A qué hora del día debería entrenar? Aunque no hay una única respuesta correcta, la ciencia ofrece información valiosa sobre los beneficios de cada franja horaria para ayudarte a encontrar el momento ideal según tus necesidades y objetivos.
Primera franja: Temprano en la mañana
(6:00 a 9:00)
Ventajas:
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Mayor consistencia: entrenar temprano reduce las posibilidades de que otros compromisos interfieran.
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Energía para el día: el ejercicio en esta franja activa el metabolismo y libera endorfinas que mejoran tu ánimo y enfoque.
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Mejora el sueño: esta rutina puede ayudar a regular tu ritmo circadiano, favoreciendo un descanso más profundo por la noche.
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Ideal para entrenamientos en ayunas: si buscas potenciar la quema de grasas, este horario puede ser una buena opción, siempre bajo supervisión.
Desafíos:
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Requiere madrugar, algo que no todos disfrutan.
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Los músculos pueden estar más rígidos tras el descanso nocturno, por lo que es importante un buen calentamiento.
Segunda franja: Media mañana a mediodía
(10:00 a 13:00)
Ventajas:
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Rendimiento equilibrado: la temperatura corporal comienza a aumentar, mejorando la fuerza y flexibilidad.
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Menor estrés: es un buen momento para desconectar del trabajo o estudio y recargar energías.
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Ambiente tranquilo: en muchos gimnasios, esta franja suele ser menos concurrida.
Desafío:
Puede ser difícil de encajar si tienes un horario laboral o académico muy rígido.
Tercera franja: Primera tarde (14:00 a 17:00)
Ventajas:
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Pico de rendimiento: a esta hora, la temperatura corporal y los niveles hormonales favorecen el desempeño físico, lo que puede traducirse en mejores resultados.
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Recuperación eficiente: el cuerpo está en un estado óptimo para manejar el estrés del entrenamiento, ayudando a prevenir lesiones.
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Buena opción para liberar tensiones: una pausa activa en esta franja puede revitalizarte para afrontar la segunda mitad del día.
Desafío:
Puede coincidir con la sensación de somnolencia post-almuerzo, aunque esta se supera rápidamente al moverse.
Cuarta franja: Tarde-noche (18:00 a 21:00)
Ventajas:
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Mayor fuerza y resistencia: según estudios, el cuerpo alcanza su máximo rendimiento físico en estas horas.
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Reducción del estrés: es un excelente momento para desconectar y descargar tensiones acumuladas durante el día.
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Flexibilidad horaria: muchas personas encuentran más fácil dedicar tiempo al ejercicio después de cumplir con sus responsabilidades.
Desafío:
Puede haber más afluencia en gimnasios, especialmente entre las 18:00 y las 20:00.
Quinta franja: Noche (22:00 en adelante)
Ventajas:
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Relajación muscular: tras un día activo, los músculos están más sueltos, lo que facilita los entrenamientos.
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Espacios menos concurridos: muchos gimnasios están más tranquilos a esta hora.
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Ideal para noctámbulos: si eres más productivo por la noche, este momento puede ser el más cómodo para ti.
Desafío:
El ejercicio intenso puede alterar a algunas personas y dificultar el sueño. Si este es tu caso, opta por actividades más suaves como yoga o estiramientos.